APLICACIONES PRACTICAS


El test de Bender es un instrumento clínico con numerosas aplicaciones psicológicas y psiquiátricas. Ha demostrado ser muy útil en la exploración del desarrollo de la inteligencia infantil y en los diversos diagnósticos clínicos de discapacidad mental, afasia, desórdenes cerebrales orgánicos, psicosis, etc. (en la exposición de casos prácticos se muestran 2 ejemplos -el 5 y 6- con marcadores de alteración neurológica, un T.G.D. y un Síndrome de Williams).
Alrededor de los 11 años la mayoría de los niños son capaces de copiar los dibujos del test sin errores. Un exceso de ellos según a qué edades nos indicaría la presencia de algún trastorno.
La prueba puede aplicarse a partir de los 4 años. Los niños la aceptan bien dado que es poco intrusiva y requiere pocas explicaciones.

La psicóloga E.M.Koppitz (1.918-1.983), -una de las figuras que más ha investigado el Test de Bender-, nos proporcionó un único protocolo a través del cual, poder evaluar:
1-La madurez perceptiva
2-El posible deterioro neurológico 3-El ajuste emocional de los niños

Tras muchos estudios editó un libro con las normas de puntaje aplicables a todos los niños entre 5 y 10 años, cualquiera que sea su Inteligencia o el tipo de problemas que presente. También son de aplicación en sujetos con discapacidad mental con una edad cronológica no superior a 16 años pero con una edad mental de 10 o inferior.